29.3.09

Yo...

Dicen que escribo muchos capítulos de una misma novela, que soy melancólica por naturaleza y que tengo ideas repetitivas que no logro dejar ir.
A veces es cierto, porque no me gusta olvidar momentos importantes que he sido muy feliz y la gente que me ha ayudado a sonreír aún en los días más oscuros de mi vida, que no han sido pocos.
Sé que hay cosas que necesito dejar ir y que no he podido, pero trabajo a diario para ser una mejor persona y no lastimar a la gente, aunque a veces se lo meresca.
No siempre escribo sobre algo personal, pero muchas veces termino escribiendo lo mismo, porque mis ideas van sobre el mismo riel, todas a la misma estación de tren.
Soy ideática y a veces neurótica, pero me sirve de algo, la forma de ser, para salir adelante en la vida así que no pienso cambiar pronto.
Se supone que tiene uno que estar un poco loco para poder sacar ideas así, de la nada, pero nada existe que esté fuera de nuestras consciencias, tristemente, así que nada inventamos, sólo renovamos.
Siempre agrego una canción en el blog porque creo que las letras me fluyen al oír ciertas frases o melodías y termino por entender que la canción forma parte de la atmósfera que quiero reproducir para otros. La música ha sido significativa para mí en toda mi vida, y a la hora de escribir, más.
Espero algún día tener una redacción que divague menos, que sea directa y al punto, pero mientras tanto,el estilo será el mismo y la novela se seguirá escribiendo, a veces queriendo y a veces sin querer. Mientras no me marque errores que no dejen que suba el post, seguiré contando aventuras a medias, que se ensalzan con experiencias propias y ajenas...para el deleite del que no tenga nada mejor que hacer.

Julia

Todos conocen esa necesidad afectiva que he estado aprisionando durante estos meses...y también comprenden cada círculo vicioso en que me he encontrado a lo largo de los años de tu ausencia, sin poder encontrar la paz interior ni el sociego para el alma.
Me encuentro repasando un amor que ya no existe y me asalta el pensamiento racional, que me muestra cuanto tiempo perdido llevo, queriéndo buscar un amor que no me corresponde.
Todos saben que cierro los ojos pensando en tí y que no digo tu nombre porque ya no lo quiero aceptar, pero que te amaré siempre y que el corazón no olvida pero aprende a disimular. Es interesante ver como no eramos normales, como eras tú quien decidía todo y el momento en que se haría nada. De nuevo me asalta la melancolía y el sopor emocional abruma mi mente, mientras los recuerdos van filtrándose por las ventanas de mis ojos hasta llenarme de memorias dolorosas, donde eramos felices, y me dejabas tomarte de la mano para ir juntos, sin pedir nada mas.
Lastima recordar como mis manos encontraban tu cintura pequeña y tu cabello despedía el olor a vainilla que siempre me perfora el corazón cuando paso por tu casa. Eras la mujer mas bella del mundo y sólo a mí se me ocurre haberte perdido.
Caminábamos hundiéndo los pies en la arena y el agua invadía la piel tibia del atardecer, para recordarnos que nos hacíamos falta. Era todo tan romántico...
Todos saben que me haces falta, que desde que te has ido, la mente vaga y no avanzo en mis quehaceres, pero también saben que contigo, nada importaba y el vivir...se había hecho insoportable para los demás.
Ellos se han dado cuenta que te extraño tanto, que me han dicho que tú me has olvidado, para ver si así, intento volver a salir a la calle y enfrentar tu recuerdo en cada esquina, hasta poder borrarlo con las caricias de otra...
Canción del blog: Julia-The Beatles

23.3.09

Bone Nuit

Que tal que yo esté triste y no te lo pueda explicar; que la mirada cansada no es por el trabajo que se va acumulando en el escritorio y que el ritmo lento con el que camino no es porque he dormido mal estos meses tan largos.
Cómo te podría explicar…que todo está estable pero no es suficiente para mantenerme viva y que el alma se va evaporando con cada segundo que la vida va avanzando, aletargada por las ocupaciones del diario vivir.
Voy hacia enfrente, pero mi alma se ha quedado muy atrás en el camino de los recuerdos alegres, cuando el dolor no punzaba en el corazón con cada paso que doy. La inercia logra que no me quede estática tanto como yo quisiera, deteniéndome de caer hacia atrás en el ultimo intento desesperado de no llegar al Sol que quema hasta dejarte en cenizas.
Como verte a los ojos y no recordar que estoy sola, ni darme cuenta cuanto has olvidado ya en el tiempo que va flotando lejos.
La garganta ahoga el grito en una infección de palabras duras que no puede expresar y las lágrimas que no se pueden llorar en medio de la mañana fresca en que todos sonríen y llevan el dolor adentro.
Llega el silencio y la mente ya no tiene pretextos para escurrirse a otros temas y enfrentar la realidad se vuelve aún más calcinante que el segundo anterior, dejando que el tiempo consuma el cuerpo hasta agotarlo y solo entonces poder dejarte dar las buenas noches…

20.3.09

En la cama

Abrazas las sábanas en su ausencia, te escondes de la luz que inunda la recámara y tratas de ignorar el ruido de los automóviles que corren a su destino mientras tú huyes del tuyo. El despertador se activa de nuevo y estiras la mano enérgicamente para golpearlo por última vez. No encuentras el botón y terminas por jalar el cable desesperada, para callar el aparato.
Recuerdas que el día apenas empieza y el coraje entra en tus venas, como gasolina para un motor viejo que no desea seguir trabajando y debe hacerlo porque aún funciona. Te revuelcas en tu propia cama y en los recuerdos de los días felices; ves el techo desde tu cama y comienzas a soñar con el tiempo en que nada estaba mal. La punta de los dedos de tus manos asoman al frío de la recámara para comprobar que el lugar está insoportable, hundiéndose rápidamente entre las almohadas de nuevo.
Todo sucede y estás estática, sin participar en el cambio aún, respirando lento casi de manera imperceptible, llorando el día que se ha ido y que no regresa.
Quisieras poder gritar cuanto duele adentro, en el fin de tu garganta, el miedo al cambio que llega sin avisar y que derrumba tus metas, haciéndote pedazos la existencia, lentamente, como tu respiración. Ojalá pudieras ver a otros a los ojos y les pudieras decir cuanto el terror ha ido consumiendo en tu corazón, la esperanza de seguir viva. Ojalá pudieras abrazar en silencio, llorando amargamente, hasta que todo quedara limpio, sin que te preguntaran los motivos de cada lágrima, que puedes explicar con todo detalle pero que necesitas callar.
Te retuerces por el dolor que se deposita en el estómago pero que viene del espíritu, se mueven poco a poco las sábanas y la luz que llega a tus ojos lastima tanto que terminas por llorar de nuevo.
Piensas en como has ido abandonado tus sueños por cumplir los de otros, recuerdas cuando la vida sencilla te hacía tan feliz y no había que complacerlos a todos. Dejas de postergar el despertar al día que lleva horas empotrado en tu ventana y te levantas...
Canción del blog: In a manner of speaking-Nouvelle Vague

1.3.09

Helada...

Las gotas van cayendo sin que puedas detenerlas, el aire se va hacienda más denso en cada lágrima y la cabeza te pesa tanto que quisieras quedarte dormida sin pensar en nada.
El miedo pone heladas tus manos y el corazón bombea lentamente, provocándote un letargo físico insoportable. Los ojos se te han ido hinchado con el paso de las horas y el sentimiento que se va encajando en tu memoria; el efecto de la anestesia se ha ido disipando hasta dejarte el dolor a piel viva.
Tu cuerpo empieza a temblar no por frío si no por el terror que encuentras en cada centímetro. Se acaban las opciones y los caminos se van cerrando frente a tus ojos, tan rápido que ni siquiera alcanzas a distinguir…
La soledad va provocándote escalofríos en todo el cuerpo, recordándote cuando te encontrabas en medio de la multitud. Tu mirada se aleja al pasado, donde las sonrisas eran honestas y el corazón estaba fuerte. Llegan a ti los momentos de mayor alegría, sobre lo que se sostiene tu alma en este momento y sientes en el pecho como atraviesa el presente tu alma, hasta donde estás sentada, entumida.
Quisieras salir corriendo, sin ver hacia atrás, huyendo de todo y de todos, pero tienes tan poca fuerza que apenas logras llegar a tu recámara y caer rendida en el piso…
Canción del blog Symmetry- Mew

Mi abuela y el mar

¿Qué pasa si te dejas caer? Dice sin poner atención en los hombres que están sentados en la banca de enfrente. “Probablemente grite del dolor que cause la velocidad con que golpee el suelo” contesto sin poder dejar de ver hacia el mar.
Estamos sentados en la jardinera más grande que hay antes del barranco que llega al mar, que rompe las olas sobre pierdas erosionadas al paso de los años; ella trae un vestido azul, que la cubre desde el cuello hasta las rodillas, ajustado por un listón negro en la cintura que permite que se vea como un saco de papas atado en medio. Yo traigo el mismo pantalón de siempre con una camisa de cuadros que no me gusta ni disgusta en lo absoluto, pero que por alguna razón, a ella le fascina.
El mar me permite viajar, en cada ola, llevándose un pedazo d mi espíritu con mi abuela, cuyas cenizas han quedado esparcidas, siempre yendo y regresando para que no le olvidemos del todo.
Escuchamos el pasar de las sirenas, ya tan acostumbrados que seguimos sentados sin apuro alguno; me ve a los ojos como si fuera a confesarme un crimen y la mirada penetra en mi cerebro así que por fin dejo de ver el mar y mientras regreso la mirada a sus ojos, tomo su mano helada.
¿Y si yo me dejara caer? Me pregunta sin titubear, de una manera que logra causarme escalofríos en todo el cuerpo en segundos, casi haciéndome temblar. “Me lanzaría por ti sin tener tiempo de reaccionar, los dos moriríamos en un agudo grito de dolor” le contesto sin poder entender porque sigo sintiendo escalofríos.
“El amor es diferente para cada persona, yo no me lanzaría por ti, aunque te quiero con todo mi corazón” suelta de su boca ella, golpeando con cada palabra mi rostro y espíritu…
Es ahí cuando me doy cuenta que la pregunta esta disfrazada y que el amor se ha ido terminando sin que lo haya podido detener. Regreso la mirada al mar, buscando en las olas como lavar el sentimiento que siento que se va acercando a mi garganta para torcerla y obstruirle. Siento como deja de verme ella también y el peso que va cayendo sobre mis hombros es doloroso. Siempre he odiado su vestido azul, pero el día de hoy ha sido cuando más lo he odiado… Suelta mi mano que había olvidado por un instante, y me toca el rostro. Hemos estado juntos demasiado tiempo y las cosas han cambiado. Sabemos que no podemos vivir sin el otro pero morir es demasiado y escucharte hablar del amor es complicado. Yo siempre pensé que vivíamos uno en el otro y para el otro, pero en cuerpos separados que levitaban para unirse.
“Sabes que las olas siempre nos tuvieron entretenidos en los días más aburridos, ¿verdad?” me pregunta como queriendo distraerme de lo que en realidad debemos discutir. “No me importan las olas y lo sabes, pero saberla cerca siempre me ha permitido seguir vivo” le contesto casi mecánicamente. Deberíamos discutir como vamos a vivir uno sin el otro y me quiere poner a hablar de las malditas olas…
El aire está demasiado limpio para ser real y el frío va desapareciendo con los segundos que pasan lentamente mientras repaso cada palabra que nos hemos dicho hasta este día. Su sonrisa me había enamorado, como no había logrado enamorarme una convivencia con nadie ni el cariño de alguien. El cielo se ve perfecto y las nubes tienen formas tan divertidas como las que vimos juntos aquella tarde que decidimos que las nubes serían nuestra forma de comunicarnos, cuando todo era bello. ¿Cómo quiere que imagine mi vida, sin que la vea todas las mañanas brincando de la cama a la cocina en un segundo y regresando con algún dulce para darme? Levanto los brazos y siento el impacto en la espalda de la arena hirviendo, que calentándose por el Sol, esperaba mi caída. Su rostro al decirle adiós reflejó serenidad, entiendo que no había que discutir y que el tiempo borraría los recuerdos de a poco…mientras las olas me llevan y regresan para que no me termine de olvidar, como yo a mi abuela, con quien estoy en paz, para poder por fin descansar.
Canción del blog: Delirio- Ximena Sariñana