24.2.09

Tan lejos...

El lugar es un desastre y todo lo que está regado por el piso altera tus nervios aún más. Juntas con las manos todo, sin poner atención, mientras piensas “como me hace falta” y escuchas el acorde de la guitarra de esta canción que tanto lastima que sientes el frío en la espalda dentro de los huesos que truenan conforme giras con todo en las manos. Cae la nota del recuerdo al piso y te muestra como ha pasado el tiempo sin que estén juntos; era el pilar de tu vida, quien te mantenía en los terremotos más fuertes. Te hace falta saberle cerca porque podías correr a su lado sin pensarlo dos veces, para llorar en su hombro el miedo que te paraliza cada mañana y que ahora absorbes a través de los poros sin poder pensar claramente.
Ojala pudiera ir a buscarte, piensas otra vez…y la noche se vuelve más fría con cada recuerdo juntos que aterriza en tu mente de golpe sin que puedas desviarle para ocuparte en alguno de tus pendientes. El aire helado no es lo que te hace temblar el cuerpo, ni es lo que detiene tus pensamientos de ánimo; es el recuerdo de un momento a su lado, lo que te mantiene petrificado en el centro de tu recámara, sin saber a donde girar o como avanzar un paso más. El mundo se viene encima y tú piensas que estás sólo, cuando ves a lo lejos que llega por una puerta muy pequeña, la esperanza diluida de un amor sincero que te ayude a sonreír de nuevo.
Aquellos días, todo se veía más sencillo y el tiempo se extendía para permitirte ser feliz de manera infinita; el clima era perfecto aunque fuera voluble y las sonrisas en los rostros siempre eran lo más natural que podías encontrar. Las respuestas se encontraban entre las tazas de café que tomaban juntos y los problemas se resolvían con las olas del mar que veían con el atardecer. De pronto, sin que se pudiera detener, el abandono de las buenas costumbres los encontró en puntos distintos y ahora piensas como sería si pudieran estar de nuevo juntos.
El miedo invade tus manos que dejan caer por fin, todo aquello que te estorba, sobre el escritorio ya lleno de libros y cajas, mientras recuerdas como era todo ayer y como no podrá ser así mañana, porque está tan lejos de ti que tal vez, no recuerde como era cuando estaban juntos. Tal vez, encontró con quien ir a ver el atardecer que no seas tú y la promesa de seguir juntos en el alma, se quebrante con el paso del tiempo y el aparecer de extraños que se convierten en amigos, adhiriéndose a nuestra alma sin que lo controlemos. A veces quieres pensar que has encontrado a su equivalente, pero comparar no es justo porque ella tiene un lugar especial e imposible de reemplazar, pero te hace tanta falta que buscas desesperadamente con quien compartir la carga del mundo que llevas en los hombros y probablemente le pase lo mismo, así que si el destino permite que sus caminos se unan, entiendes que los atardeceres ya no serán iguales juntos, porque todo es diferente y el mundo que llevan en los hombros ya ha cambiado mucho para cada uno. Tiemblas porque le extrañas con el corazón y el alma, y porque sabes que ya no podrían volver a aquellos tiempos en que todo se veía tan simple, tan normal…
Canción del blog: Realize-Colbie Caillat

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