El día de hoy tuve que morir por primera vez. Veníamos mi mejor amiga y yo en autos pequeños y muy frágiles. Salimos con luz de día de su casa, tomando una ruta que desconozco y que era una prolongada caída a un barranco que nos puso nerviosas a las dos. Manejamos cuesta abajo por cada curva cerrada que nos termino por ganar el control del volante. Salimos volando sin poder hacer mucho más que gritar desesperadas nuestras últimas palabras mientras veíamos el inmenso camino a la muerte por el que caeríamos.
No se a ciencia cierta, donde estuvimos en ese momento; sólo recuerdo que perdímos el control del volante que cada una llevaba al mando, golpeando el borde del camino hasta romperle y caer por el barranco.
Hoy me tocó morir por primera vez, con mi mejor amiga como cómplice; gritando y sintiendo la cantidad más grande de adrenalina que jamás pudo existir.
Espero que mi próxima muerte esté llena de maravillas que puedan compararse con esa muerte, que no sea en vano sacar esa cantidad de adrenalina en un momento, si no en toda la vida.
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