Perdón

Te pido perdón por no haberte podido decir con palabras como me provocabas sonrisas en mis caminatas en silencio; te ruego que me disculpes por no saber como explicarte que el estómago se me hacía nudos cada ves que no sabía de ti y por no poderte platicar como tu mirada atravesaba todas mis barreras y entraba directamente a mi alma.
Siento mucho no haberte podido mostrar con letras que eras demasiado para mí y que sentirte cerca me revivía cuando todo era oscuro.
Quiero pedirte perdón por no haberte expresado como lograbas encender la luz en este abismo que absorbe la vida que me queda y por no tener la fuerza para no soltar tu mano cuando te ibas de mi lado. Por no tener la energía para gritar que no te fueras cuando ibas dando los primeros pasos muy lejos de mí, carcomiéndome poco a poco el corazón.
Me duele tanto no haberte dicho que lo que sentí por ti era especial y que no se podrá repetir en mí, porque nunca pude hacerte entender que eras diferente para mí y por no encontrar la forma de demostrarte que sin ti me iba a ser imposible vivir.
Sufro porque cuando te fuiste, no te diste cuenta cuanto te quiero; no me diste tiempo de entender que mis sentimientos ya eran demasiado fuertes. Te pido perdón por no haberme sentido segura de lo que siento en ese momento, escondiéndome en las preguntas banales para no responder a tu amor.
Te pido que me perdones por haberte querido en silencio; por haberme dejado querer sin pronunciar una palabra, dejando que atravesaras el palacio de obstáculos hasta llegar a mí sin que te dijera nada. Espero que algún día puedas entender que el miedo no me dejaba ser feliz, que perdones que te permitiera verme en mi debilidad pero no en mis fortalezas, que entiendas que sí te permitía estar cerca era porque realmente confiaba en ti y no porque te quisiera mentir.
Ojala que pudieras perdonarme por no decirte que eras tan importante, por no saber como explicarte que al tocarme, mi piel se encendía sólo para ti; que si no sabía que decir, era porque tus besos me robaban el lenguaje; que cuando te abrazaba no te quisiera dejar ir porque se venía todo encima de mí; que tomarte de la mano fuera tan importante para mí porque significaba que eras mío; que quisiera verte en otro lugar para saber quien eras realmente; que te hubiera dejado ir porque era lo correcto para los dos; que no te dijera cuanto me dolía tu respuesta; que me fuera huyendo después de oírte esa noche porque era mejor así.